Los jóvenes que leen por placer tienen más posibilidades de éxito profesional
De tarde en tarde, las instituciones lanzan campañas en favor del libro. Se trata, en última instancia, de fomentar la lectura y la cultura de los ciudadanos. Y se trata también de echar un cable, y publicidad gratuita a los editores (pero espero que en menor medida).
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Dicho gremio suele recibir con palmas cualquier campaña de este tipo. Ahora bien, los lectores primerizos no siempre son sensibles a los encantos del libro, y hay que dorarles la píldora. Recuerdo una campaña cuyo lema era Un libro ayuda a triunfar, anteponiendo el valor del libro como herramienta de progreso social al placer de la lectura.
Los lemas son a veces pura retórica. Algunos creativos publicitarios, como tantos escritores en boga, funden ficción y no ficción. Pero en ocasiones redactan frases que se ajustan a la realidad. Aquel Un libro ayuda a triunfar acaba de ser demostrado estadísticamente en el Reino Unido. Una encuesta hecha pública allí indica que la mejor y más productiva actividad extraescolar es la lectura por placer.
Ni fútbol ni piano ni francés ni cursillos de iniciación a la dirección de empresas: los adolescentes que leen por placer lo tienen luego más fácil para entrar en la universidad y para hallar un buen trabajo que los que no leen. Claro, que por ejemplo, si haces francés, o piano además de la lectura, tendrás aún más posibilidades.
Los chicos que a los 16 años leen un promedio de un libro al mes tienen un 51% de posibilidades de encauzar su vida hacia el éxito profesional, frente al 40% de los que no leen. Así lo indica esa encuesta efectuada entre 17.200 estudiantes.
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Visto lo visto, un optimista lanzaría las campanas a vuelo.
Un pesimista –que, como dijo aquél, sólo es un optimista mejor informado– se preguntaría qué es lo que leen esos jóvenes. Según otro reciente estudio, los escritores de más éxito en Gran Bretaña son J.K. Rowling y Jamie Oliver.
Todos ustedes saben que Rowling –cuyos ingresos rondan ya los 230 millones de libras– es la mamá de Harry Potter. Pero quizás no todos sepan que Jamie Oliver –con ingresos superiores a los 100 millones sólo por venta de libros– es un cocinero.
Pero no cualquiera: es el más mediático, televisivo y exitoso de los cocineros. Es el autor de no ficción más vendido –más que cualquier ensayista o historiador–, ha encabezado la lista de best sellers en treinta ocasiones y gana tanto o más que muchas estrellas futbolísticas de la Premier League.
¿Escribe Oliver llevado por el placer de la escritura o por el afán de éxito? Confío en que sea por las dos cosas, y que halle tanta satisfacción a la hora de poner una palabra tras otra como a la de leer sus extractos bancarios.
Otra pregunta sería: ¿Se puede leer con placer lo que ha sido escrito en pro del éxito? Respuesta: hay gente para todo. Ahora bien, si me preguntaran sobre si es mejor leer por placer o para alcanzar el éxito, la respuesta me parece clara: olvídense de leer para tener éxito. Podría ser que no lo alcanzaran y no se perdonarían haber dedicado sus horas al libro.
Lean por placer, porque el placer de la lectura ya no se lo va a quitar nadie. Se lo aseguro.
Source: LaVanguardia
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Mister Gaga
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